Cumbre de Barcelona de la Unión Europea: Los resultados son preocupantes desde el punto de vista ambiental y del desarrollo sostenible

Los resultados son preocupantes desde el punto de vista ambiental y del desarrollo sostenible

La Cumbre, o más propiamente los Jefes de Estado y Gobierno, no parecen haber respondido suficientemente ni a las expectativas creadas ni a sus propias responsabilidades y mandato establecido por ellos mismos en Gotenburgo en cuanto al medio ambiente, su integración en otras políticas y al desarrollo sostenible, que no figuran entre las prioridades acordadas en Barcelona para los próximos 12 meses, cuando además en este plazo tendrá lugar la Cumbre de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible en Johannesburgo.

En Barcelona se esperaba un punto álgido en el proceso, un cierto clímax y se ha caído en un parón de imprevisibles consecuencias.

En Barcelona se ha ignorado en general la información y la situación ambiental, y aparcado en cierta forma los procesos tanto de integración del medio ambiente en las otras políticas económicas y sectoriales, como el de desarrollo sostenible (o inclusión de la dimensión ambiental en la agenda socio-económica de Lisboa).

Las conclusiones de Barcelona pueden incluso poner en cuestión el liderazgo global de la Unión en medio ambiente y desarrollo sostenible y pueden poner en peligro los logros y el futuro de la Cumbre de Johannesburgo de Naciones Unidas cuyo ´optimo desarrollo depende del liderazgo de la UE teniendo en cuenta además la critica posición de Estados Unidos.

Parece que sólo un milagro en la Cumbre de Sevilla de junio puede retornarnos a la posición esperanzadora de Gotenburgo y retornar al proceso de progreso hacia un desarrollo sostenible iniciado en la Cumbre de Luxemburgo en diciembre 1997 (siguiendo una propuesta del primer ministro Göran Persson) y mantenido en las Cumbres de Cardiff, Viena, Colonia, Helsinki, y finalmente en Laeken; aunque este milagro podría llegar algo tarde a Johannesburgo ya que la última reunión preparatoria tiene lugar en mayo.

Las positivas conclusiones del Consejo de Medio Ambiente del 4 de marzo de 2002 (que figuran como anexo a las conclusiones de Barcelona), la resolución al respecto del Parlamento Europeo, y los escritos a la Presidencia de los distintos Jefes de Gobierno, y las propias declaraciones de la Comisión permitían abrigar algunas esperanzas que no se han visto reflejadas significativamente en las conclusiones de Barcelona, que ciertamente son responsabilidad de los Jefes de Estado y Gobierno y no sólo de la Presidencia española.

Creo que es una obligación desde la dirección de la Agencia que ha seguido todos estos procesos y resultados a través de sus informes, el señalar esta situación con la esperanza de que la toma de conciencia de la misma permita recuperar de alguna forma el camino desandado en Barcelona y volver a colocar este proceso de desarrollo sostenible en la situación tan esperanzadora que se ha ido construyendo en estos últimos 4 años y llegar a Johannesburgo con un bagaje comunitario sólido que tenga una incidencia a nivel global.

La Cumbre de Sevilla puede ser todavía una oportunidad al respecto durante la Presidencia española.

Domingo Jiménez-Beltrán
Director Ejecutivo de la Agencia Europea de Medio Ambiente

Copenhague, 20 de marzo de 2002